
Bethesda e id Software vuelven a desatar el infierno con una precuela que reescribe el pasado del Slayer, combinando combate salvaje, parries letales y mechas gigantes en un festín de sangre y metal.
Cuando pensábamos que Doom Eternal había llevado la fórmula al límite, llega Doom: The Dark Ages para demostrar que aún había margen para hacerla más despiadada, más directa y más adictiva. Con una ambientación tecno-medieval, parries que cambian la dinámica del combate y nuevas armas cuerpo a cuerpo, esta entrega nos ofrece una experiencia única en la franquicia.
Bienvenidos al pasado más sangriento del Slayer
Ambientado antes de Doom (2016), The Dark Ages nos sitúa en Argent d’Nur, un reino al borde del colapso frente al Infierno. El Slayer, utilizado como arma viviente por los Maykr, es la única esperanza para los Centinelas. El giro estético y narrativo es un soplo de aire fresco: adiós a Marte y a la Tierra, y hola a fortalezas, templos, dragones y tecnología arcana.
Este cambio no es solo cosmético: impregna todo el diseño de niveles, el arsenal y las criaturas, dándole una identidad propia sin perder la esencia Doom.

Rendimiento: sólido, aunque no perfecto
Visualmente, The Dark Ages exprime las consolas actuales, pero hace algunas concesiones. En Xbox Series X, tenemos una experiencia muy fluida a 60 FPS estables con resolución dinámica entre 1080p y 1440p. En PS5, se logra una calidad visual algo superior (luces y sombras), aunque a cambio sufre pequeñas caídas de frames en los momentos más intensos.
La versión de PS5 Pro no aporta mejoras notables, lo que decepcionará a quienes esperaban una experiencia 4K. Aun así, todas las versiones lucen y se juegan con gran solvencia, sin tearing ni artefactos molestos.
El sonido: metal industrial, gruñidos demoníacos y doblaje en castellano
La banda sonora de Finishing Move encaja como un guante: riffs pesados, percusión caótica y un tono apocalíptico que acompaña cada combate. No es Mick Gordon, pero no decepciona. El doblaje en castellano está presente y cumple, sin grandes alardes, y el juego es compatible con Dolby Atmos, lo que lo hace ideal para quienes juegan con cascos 7.1 o sistemas de sonido envolvente.
Jugabilidad: el parry lo cambia todo
Aquí llega la gran revolución jugable: el escudo del Slayer no es solo un capricho estético. La mecánica de parry(desvío) convierte el ritmo de juego en algo más técnico y estratégico, especialmente en dificultades altas. Saber cuándo desviar proyectiles verdes y responder con contragolpes es clave para sobrevivir.
Cada parry exitoso permite activar habilidades como electrocutar enemigos, invocar una torreta de hombro o provocar terremotos. Esto añade una capa táctica que va más allá del “dispara y corre”.

Un arsenal con alma medieval
Las armas clásicas regresan, pero con un giro visual acorde al entorno: brutalidad artesanal con tecnología letal. A ellas se suman poderosos cacharros cuerpo a cuerpo como el Mangual o la Maza del Terror, ideales para enfrentamientos cercanos y para recuperar munición en pleno fragor.
La variedad de enemigos exige dominar estas herramientas y combinarlas con sabiduría. No hay una única forma de jugar: el juego premia la experimentación.
Atlans y dragones: dos giros inesperados
El Atlan, un mecha colosal, y Serrat, un dragón volador, introducen secciones jugables que cambian radicalmente el ritmo. Las fases con el Atlan ofrecen combates a escala épica contra titanes, mientras que las secciones aéreas con Serrat aportan exploración vertical y batallas en movimiento.
Ambos aportan frescura sin romper el tono del juego, aunque su presencia es puntual.

Duración y rejugabilidad
Con una campaña de 22 niveles que ronda las 15 horas si queremos completarlo al 100%, Doom: The Dark Ages ofrece una buena duración. No hay multijugador ni modos adicionales, lo que deja la rejugabilidad limitada a los trofeos y a los desafíos personales en dificultades superiores. El diseño del mapa 3D y la presencia de secretos ayudan a que la exploración sea un plus muy disfrutable.
Eso sí, el último tramo del juego pierde algo de fuerza, y el cliffhanger final no conecta del todo bien con los eventos posteriores de Doom Eternal.
| 🟢 LO MEJOR | 🔴 LO PEOR |
|---|---|
| El sistema de parry, adictivo y revolucionario para la saga | El último tercio del juego se siente reiterativo |
| Ambientación tecno-medieval única y visualmente poderosa | PS5 Pro no ofrece mejoras notables sobre PS5 estándar |
| Variedad de armas cuerpo a cuerpo y sinergias jugables | Sin resolución 4K nativa, incluso en consolas de nueva generación |
| El Atlan y Serrat aportan variedad sin romper el ritmo | El final deja preguntas sin resolver para los fans más meticulosos |
| Banda sonora potente y efectos de sonido con soporte Dolby Atmos | Rejugabilidad limitada: sin multijugador ni contenido adicional |
| Doblaje en castellano disponible | Algunas caídas de frames en momentos muy cargados en PS5 |
| Buen ritmo general y diseño de niveles con muchos secretos | Modelado de enemigos ligeramente inferior al de Eternal |
Conclusión
Doom: The Dark Ages no solo honra el legado sangriento de la saga, sino que lo reinventa con una ambientación tecno-medieval que le sienta como un guante al Slayer. Sus nuevas mecánicas, especialmente el parry, aportan profundidad y frescura a un gameplay que ya era de por sí frenético y adictivo.
A pesar de no alcanzar el techo técnico de la generación y de quedarse sin multijugador ni una conexión más directa con Doom Eternal, es un festival de violencia estilizada que ningún amante de los shooters debería perderse. Si buscas acción pura, variedad jugable y un desafío a la altura, esta entrega es, sin duda, tu infierno personal.






