
Una gran decepción de un estudio legendario
Rocksteady Studios se convirtió en un nombre de culto en la industria de los videojuegos gracias a su impecable trabajo con la saga Batman: Arkham. Cada entrega fue un referente en narrativa, jugabilidad y fidelidad al universo del Caballero Oscuro. Por eso, cuando se anunció Suicide Squad: Kill the Justice League, las expectativas estaban por las nubes. Sin embargo, lo que se entregó fue una decepción absoluta. Un producto que no solo traiciona el legado de su estudio, sino que también demuestra el desastre que supone intentar forzar un juego como servicio.
Una historia sin alma
El planteamiento del juego es interesante en teoría: los villanos de DC deben enfrentarse a una Liga de la Justicia corrompida por Brainiac. No obstante, la ejecución es un desastre. La trama carece de impacto. Los personajes están mal escritos y el tono resulta erróneo en todo momento. Lo que debería haber sido una narrativa épica y dramática se convierte en una sucesión de diálogos irrelevantes. Además, el humor es forzado y repetitivo. La mayoría de los intentos cómicos fracasan. En consecuencia, la historia parece una serie de «macarras» sin carisma, cuyo único recurso para parecer rebeldes es abusar de los tacos.
Retrasos y polémicas sin fin
Desde su anuncio, el juego estuvo envuelto en problemas. Primero, los retrasos constantes evidenciaban que algo iba mal en el desarrollo. Luego, las filtraciones y rumores sobre el enfoque de juego como servicio despertaron el rechazo de la comunidad. Finalmente, cuando se lanzó, las críticas y el descontento del público fueron inmediatos. Como resultado, Warner Bros. anunció cambios apresurados en la estrategia de contenido, demostrando que ni siquiera ellos creían en el modelo que habían impuesto.
¿Qué pasó con la magia de Rocksteady?
Uno de los mayores misterios de Suicide Squad es cómo un estudio que nos dio Batman: Arkham Knight pudo entregar un producto con un apartado gráfico tan mediocre. Arkham Knight, un juego de 2015, sigue viéndose impresionante hoy en día. Sin embargo, este nuevo título, casi una década después, presenta una dirección artística sin personalidad, escenarios vacíos y animaciones que parecen inacabadas. Si este era su primer proyecto en la nueva generación de consolas, no parece que hayan entendido el hardware con el que están trabajando.
Jugabilidad sin alma
Uno de los mayores errores de Suicide Squad es lo increíblemente aburrido que resulta jugarlo. Lo terminé con King Shark solo por obligación. No porque el juego ofreciera un reto o una experiencia satisfactoria. Todo se reduce a disparar una y otra vez sin estrategia ni variación. No hay el más mínimo atisbo de creatividad en la jugabilidad. Los combates carecen de impacto. La progresión es tediosa y las misiones son repetitivas hasta el extremo. En ningún momento se siente la emoción de estar controlando a los personajes más peligrosos del universo DC.
El fracaso del juego como servicio
Desde el primer momento, se supo que este título estaba diseñado para ser un juego como servicio, y ese fue su mayor error. La idea de obligar a los jugadores a un ciclo interminable de contenido reciclado y micropagos ha demostrado ser un fracaso en muchas otras franquicias. Aquí, no solo se siente como una mala decisión, sino también como un atentado directo contra lo que los fans querían de Rocksteady. La prueba definitiva de su desastre es que Warner Bros. anunció que el contenido planeado se lanzará en menos de un año. Esto implica que ya están dando por muerto al juego antes de tiempo.
El horror de matar los juegos single player
Este desastre solo refuerza la importancia de los juegos para un jugador bien construidos y con una narrativa sólida. No todos los títulos necesitan ser un servicio. Esta experiencia es la prueba definitiva de que forzar este modelo destruye lo que hace grande a un videojuego. La esperanza que queda es que Rocksteady logre reponerse de este golpe y vuelva a hacer lo que mejor sabe: crear experiencias single player memorables. De hecho, los rumores apuntan a que ya trabajan en un nuevo proyecto 100% single player que podría devolverles la gloria. Ojalá sea cierto. Después de Suicide Squad, el estudio necesita redimirse ante su comunidad más que nunca.

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La historia se puede salvar un poco hasta que te dicen que hay 13 brainiacs…luego ya, es horror total…por Dios, que Rocksteady no desaparezca por este traspiés