
Según el reglamento de la Federación Española de Galgos, durante las carreras de los campeonatos, los galgos deben seguir exactamente las mismas trayectorias que la liebre, sin acortar ni hacer ningún tipo de estrategia que les dé ventaja respecto al galgo adversario contra el que corren. De lo contrario, serán amonestados y perderán el punto de la carrera, ya que se considera que han hecho trampas contra el galgo contrincante con el que comparten collera. Esto se debe a que no han sido legales a la hora de correr, intentando llegar a la liebre de una manera más fácil.
Sin embargo, esta consideración, al igual que todas las que se dan en los campeonatos respecto a las amonestaciones, son falsas. He visto cómo han amonestado a galgos simplemente por correr con la cabeza levantada, algo que es normal si no ven bien la liebre. Aunque tengan una visión bastante buena de la rabona y corran con la cabeza levantada, no existe ningún tipo de ventaja aquí como para amonestarlos. Tampoco existe ventaja cuando un galgo se va esperando detrás del otro, ya que todo el tiempo que va detrás está perdiendo la carrera.
También he visto amonestaciones porque el galgo se ha girado en sentido contrario al regate de la liebre, lo cual tampoco ofrece ventaja, ya que incluso puede llegar a tardar más en el giro por ir en contra de la inercia de su carrera. Además, he visto amonestaciones porque algunos galgos se han pasado de frenada, poniéndose involuntariamente al lado o delante de la liebre, sin haber ninguna ventaja, ya que acto seguido han continuado su carrera correctamente. Y aunque no fuera así, si un galgo se coloca al lado de la liebre o acorta la carrera yendo en diagonal, solo existe ventaja cuando el galgo contrincante va encima de la liebre, ya que no la puede saltar. Pero si el contrincante está a más de dos metros de la liebre, no hay ventaja ninguna, porque, por mucho que el otro vaya toda la carrera al lado de ella, no impide al adversario demostrar que corre más rápido. Si en toda la carrera no ha sido capaz de arrimarse a la liebre, da igual lo suciamente que haya corrido su adversario, porque ha demostrado correr más rápido. No hay que olvidar que hace falta correr mucho para colocarse al lado de una liebre, y no todos los perros pueden. Por eso, en los campeonatos no gana el que más corre, sino el que corre más bonito, olvidando que esto es una competición de velocidad y resistencia, no de estética. Todos los galgueros siempre hemos tenido algún “perro sucio” y hemos sabido perfectamente juzgar y analizar si corría más o menos que los otros que teníamos. Por lo tanto, no sé por qué un perro sucio no puede correr un campeonato si eso no influye en determinar si corre más que su adversario.
Otra cosa que también está mal respecto al reglamento de la Federación Española de Galgos es que el comisario decida cuándo el traillero debe soltar a los galgos. Al estar en el caballo y encontrarse más alto y lejos de los perros, no controla bien la visión de estos ni la distancia adecuada respecto a la liebre, haciendo que muchas veces se desperdicie la oportunidad de correr la liebre porque los galgos no consiguen verla. Por eso, la decisión de cuándo se deben soltar los galgos de la collera debe ser únicamente del traillero, pues él mejor que nadie sabe si los perros están viendo la liebre y cuál es la distancia más adecuada para soltarlos, ya que es el único que está en la misma posición que ellos respecto a la liebre. El comisario, respecto al traillero, únicamente puede aconsejarle sobre cuándo debe soltar a los galgos de la collera si ve que hay riesgo de que no puedan enganchar.
Cambiando todas estas cosas, los campeonatos serían más justos al juzgar únicamente la velocidad y resistencia de los galgos, y también serían menos agotadores, pues se andaría menos y se terminaría antes al saber aprovechar las liebres como es debido.
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